Un alimento, que lleva cultivándose más de 7.000 años, tan presente en la cocina mediterránea y todavía no lo conocemos bien. Las vemos en guisos, tortillas, puré, fritas… Sin embargo todavía no hay mucha gente que sepa diferenciar entre una y otra ni para qué se usan según sus características. Así que vamos a analizar los diferentes tipos y cuáles tenemos que usar según lo que vayamos a cocinar.
Patata nueva
Es la niña bonita de los tubérculos ya que tiene unas propiedades excelentes para ser utilizada en guisos con sabores intensos y para freír o hacer tortillas. Una de las características que hace que sean tan preciadas es que tienen menos calorías que las patatas viejas. Son las patatas que se sacan de la tierra en el momento óptimo de maduración y contienen más azúcar y menos calorías que las viejas.
¿Cómo distinguir las patatas nuevas en el supermercado? Lo único que podemos observar en la tienda donde las compremos es la piel así que fíjate en que sea dorada y finita. Las patatas que son muy nuevas se pueden pelar frotándolas con los dedos.
Patata vieja
Tienen más grasa y menos vitaminas pero más hierro que las otras. Se caracterizan por recogerse hasta 12 meses después de lo que se debería o, lo que es peor, conservadas en cámaras frigoríficas. Esta se suele utilizar para hacer purés o guisos muy largos. Si se te antojan unas patatas fritas y no tienes de las nuevas puedes hacerlo con estas pero quedarán muy blandas.
¿Cómo distinguir las patatas viejas en el supermercado? Ten cuidado ya que últimamente se les aplican tratamientos para que parezcan nuevas cuando no lo son. La piel es más gruesa y su tamaño, en general suele ser mucho mayor.
Lo mejor que puedes hacer para convencerte de la calidad de unas y de otras es hacer el mismo plato con las dos patatas y probar. ¡Ya me contarás qué tal te ha ido! Yo, de momento, me voy a cenar una tortilla de patatas nuevecitas.
Copiosidades 
I am forever indebted to you for this inroimatfon.
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